1) ¿Qué es la
ciudadanía?
Ciudadanía en pocas palabras es un concepto en donde se
presenta a los “seres humanos como
sujetos que participan en igualdad de derechos y deberes como miembros de la
sociedad en la que conviven y trabajan” (Martínez. E).
A pesar de que ciudadanía es un
término tan añejo como las antiguas civilizaciones de Grecia y Roma, los que
hoy somos ciudadanos de diferentes sociedades—desde mi particular punto de
vista desconocemos el verdadero significado este derecho y responsabilidad.
Ciudadanía es un concepto que habla de la exigencia de los habitantes de
una comunidad por ser tratados con el máximo respeto y consideración conforme a
la leyes. Este es un derecho que con el que
deberían contar todos los seres humanos, sin distinción o exclusiones
arbitrarias, pero la realidad es muy diferente.
Un ciudadano se debe caracterizar por un sentido de “pertenencia a una comunidad política, el disfrute efectivo de unos derechos que incluyen, muy especialmente, la posibilidad de participación las tareas de gobierno de la propia comunidad política” (Martínez).
Sin embargo y al menos en nuestra sociedad mexicana,
estas condiciones difícilmente se cumplen y hay que ser claros: no toda la responsabilidad recae
en nuestros gobernantes, la ciudadanía es un derecho, pero también una
obligación.
2) ¿Que debemos
hacer para construir ciudadanía?
La ciudadanía se origina en las ciudades, caracterizadas
por la densidad, la diversidad, el autogobierno, las normas no formales de
convivencia, la obertura al exterior,... Es decir, la ciudad es intercambio,
comercio y cultura. No es solamente "urbs", es decir, concentración
física de personas y edificios. Es "civitas", lugar del civismo, o
participación en los quehaceres públicos. Es "polis", lugar de
política, de ejercicio de poder.
Sin instituciones fuertes y representativas no hay
ciudadanía. El status, los derechos y deberes reclaman instituciones públicas
para garantizar el ejercicio o el cumplimiento de los mismos. La igualdad
requiere acción pública permanente, las libertades urbanas soportan mal las
exclusiones que generan las desigualdades económicas, sociales o culturales. La
ciudadanía va estrechamente vinculada a la democracia representativa para poder
realizar sus promesas.
Pero la ciudadanía no se refiere solo a los grandes
asuntos del Estado sino y sobre todo a los problemas cotidianos, a la
participación en la regulación del uso del espacio público, a la normalización
justa de las relaciones del Estado con los ciudadanos.
En una palabra, la ciudadanía pasa por la construcción y
el fortalecimiento de la civilidad, de la sociedad civil. "El ciudadano se
construye en la participación política sobre el destino de la sociedad. Sin una
participación en la vida pública no es posible construir la ciudadanía: el
ciudadano debe, como pensaba Aristóteles, ser aquel que es capaz de gobernar y
de ser gobernado. Por consiguiente el proyecto de ciudad debe tener como eje
articulador la construcción de una nueva ciudadanía".
Esto se concreta en la participación, por diversos
mecanismos, en la toma de decisiones sobre cuestiones de interés común: “La
autonomía política de los ciudadanos debe expresarse en la auto-organización de
una comunidad que se da sus leyes mediante la voluntad del pueblo. La autonomía
privada de los ciudadanos debe por otra parte - señala Habermas – cobrar forma
en los derechos fundamentales que garantizan el dominio anónimo de las leyes”.
Pero esta condición de ciudadano, bien sea formada en
acto pedagógico o desarrollo político en el escenario de la ciudad, hoy tiene
que consolidar y profundizar la democracia, la cohesión social, la equidad, la
participación, en suma, la moderna ciudadanía.
En los propósitos anteriores, podemos percatarnos de que
el reto pedagógico es enorme. Y no es otro que el de contribuir mediante
procesos de movilización social y política, entendidos también en clave
educativa, a formar sujetos políticos universales en tanto locales, con
identidades simultáneas y cambiantes.
3) ¿Quién es un
pequeño ciudadano?
Se
trata de los niños, normalmente la ciudadanía se asocia a
la adultez, pero no tiene que ser así; se puede y se debe ejercer la ciudadanía
desde la primera infancia, no sólo porque la doctrina de protección integral de
niños, niñas y adolescentes contempla que esta población antes tenida como
“menores”, casi que incapaces goza de derechos plenos, sino también
porque mientras más pronto comencemos a construir ciudadanía, serán más firmes
las bases, incidirán menos en ellos los discursos y los
ejemplos contrarios posteriores y, sobre todo, porque este país, donde
escasean muchas cosas, también hay escasez de ciudadanía; ejemplos
sobran. Si pensamos que la ciudadanía supone sentido de la corresponsabilidad,
trabajar por el “bien común” que es del otro y es el mío también, la formación
ciudadana se convierte en una prioridad para la educación venezolana necesaria.
4) ¿Cuáles son los
derechos y deberes de los niños y adolescentes?
Derechos del niño Venezolano
- Conocer a tus padres
- Ser alimentado, asistido y protegido hasta tu total desarrollo.
- No ser explotado ni maltratado física ni mentalmente.
- Ser amparado y defendido por la ley.
- No ser considerado delincuente.
- La libertad.
- No ser tratado con calificativos humillantes ni a discriminación alguna.
Deberes para con nuestra patria:
- Honrar y Respetar la Bandera
- Honrar y respetar el Escudo
- Honrar y respetar el Himno Nacional
- Amar a la Patria
5) ¿Qué quiero
para Venezuela?
Una vez analizados todos los puntos anteriormente mencionados, comenzando por ser un buen ciudadano desde la infancia sabemos que la situación de nuestro país no es la mejor y en mi opinión esto se debe a la mala formación que hemos tenido anteriormente. Para que un país funcione de la manera correcta, se deben inculcar los valores necesarios para llevar a cabo el buen funcionamiento de este; y estos valores comienzan desde nuestro hogar y nuestra escuela. Lo que quiero para Venezuela es que sea un país lleno de armonía, principios y valores, quiero que desde un principio comiencen a fomentarle a los jóvenes de las próximas generaciones el amor que debemos tenerle a nuestro hogar, Venezuela, amor a nuestros símbolos patrios, nuestra cultura y naturaleza, nuestras escuelas y universidades, nuestros padres y profesores. Quiero que Venezuela sea un país lleno de oportunidades que en la actualidad se dificulta conseguirlas pero que con trabajo y mucho empeño nosotros los jóvenes y las próximas generaciones si puedan aprovecharlas.
Quiero para
Venezuela un excelente funcionamiento de los servicios, el acceso a los
productos alimenticios que hoy en día son muchos los hogares venezolanos que no
cuentan con la suficiente comida para poder vivir. Quiero para Venezuela
seguridad, poder salir a la calle sin miedo a que me roben mis pertenencias
personas que evidentemente no están llenas de valores aunque su excusa sea “no
hay trabajo y por eso robo”. Quiero seguir viendo a mis amigos y que no decidan
irse a vivir otra experiencia en países extranjeros por no tener oportunidades
en nuestro país. Quiero para Venezuela el respeto a los Derechos Humanos que
hoy en día se ha perdido en su totalidad como también el respeto y la
tolerancia a los que son diferentes a nosotros, creo que son los valores que más
se han extinguido. Respetar y tolerar a quien piense diferente es la mejor
forma de construir un país al cual hemos despedazado por no pensar antes de
actuar. Venezuela es el mejor país del mundo pero se encuentra en manos del desinterés
y orgullo, el cual debemos dejar a un lado y seguir luchando por un país que algún
día estuvo lleno de buena educación, empleo, acceso a productos de primera
necesidad, libre desenvolvimiento y entre otras cosas que hoy en día se
encuentran ausentes.
En conclusión,
quiero para Venezuela la mejor disposición de todos nosotros los ciudadanos de
colaborar y esforzarnos mediante el estudio y trabajo para conseguir nuestro
objetivo, salvar a nuestro país del problema en que nosotros mismos lo hemos
convertido. Comenzar a enseñar a los más pequeños a cuidar su hogar, a estudiar
y lograr sus metas, a respetar y tolerar y sobre todo a valorar el más mínimo
logro que se obtenga. Deseo como venezolana que podamos
construir una mejor Venezuela. Esto se lograra si todos trabajamos por un fin
común, en equipo cada uno con una mejor disposición de trabajo. Dejando de lado
el color político, teniendo siempre presente que vivimos en un solo país que saldrá
adelante si todos caminamos juntos.
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