¿Qué
es la Ciudadanía?
Para definir que es
ciudadanía debemos conocer quiénes son en primer lugar los ciudadanos, la
respuesta a esta pregunta la encontramos en el artículo 39 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, son ciudadanos “los venezolanos y venezolanas que no estén sujetos o sujetas a
inhabilitación política ni a interdicción civil, y en las condiciones de edad
previstas en esta Constitución, ejercen la ciudadanía; en consecuencia, son
titulares de derechos y deberes políticos de acuerdo con esta Constitución”.
Por tanto, la ciudadanía es
la cualidad del ciudadano de un Estado: vínculo político y por tanto jurídico
que une a un individuo con la organización estatal. Según la ley de
Nacionalidad y Ciudadanía, en su artículo 4, numeral 4 la define como:
“La
condición jurídica obtenida por la nacionalidad venezolana, la cual permite el
goce y el ejercicio de los derechos y deberes políticos previstos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.
¿Qué debemos hacer para construir
ciudadanía?
La ciudadanía honesta y
responsable se construye sobre la base de la confianza recíproca, tornándose
imprescindible comprender los vínculos capaces de convertir al conjunto social
en una comunidad basada en el respeto, la solidaridad, la justicia y la
inclusión.
Somos los propios ciudadanos
los que debemos encontrar las respuestas necesarias para la construcción de
ciudadanía, la cual no implica el rescate a ultranza de valores horadados por
el paso del tiempo, sino más bien la consolidación de la confianza entre
individuos diferentes; para ello, la mejor forma de hacerlo es apelando a la
dignidad de las personas mediante el diálogo en su carácter de mecanismo idóneo
para la vinculación de saberes y la conexión de emociones, a su vez cimientos
de la convivencia pacífica y del progreso moral de los pueblos.
¿Qué es un pequeño ciudadano?
Un pequeño ciudadano es todo
aquel niño, niña o adolescente que busca desde su formación primaria contribuir al desarrollo de la identidad y al sentido
de pertenencia a una comunidad. También busca ejercer su ciudadanía con responsabilidad, exigiendo respeto por sus derechos y, a la vez, cumpliendo
con sus obligaciones. De este modo se construye una sociedad democrática y más justa.
¿Cuáles son los derechos y deberes de
los niños, niñas y adolescentes?
Derechos
▪
Derecho a la vida.
▪
Derecho a la salud.
▪
Derecho a la seguridad social.
▪
Derecho a protección en casos de conflictos armados.
▪
Derecho a la educación.
▪
Derecho a preservar su identidad.
▪
Derecho al nombre y a la nacionalidad.
▪
Derecho a no ser separado de sus padres.
▪
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
▪
Derecho a la recreación y cultura.
▪
Derecho a la protección y seguridad.
▪
Derecho a la participación libre y al desarrollo.
Deberes
Deberes
con nuestra patria:
▪
Honrar y Respetar la Bandera
▪
Honrar y respetar el Escudo
▪
Honrar y respetar el Himno Nacional
▪
Amar a la Patria
Deberes
con nuestra comunidad:
▪
Colaborar en el mantenimiento de las buenas condiciones de los servicios
públicos tales como el teléfono, el transporte y otros. Evitar rayar o dañar
todo aquello que está al servicio de las personas y todo lo que pertenece a
otras familias o individuos.
▪
Colaborar con el aseo de la comunidad no arrojando desperdicios a la calle,
jardines, parques o establecimientos.
▪
Contribuir con el mantenimiento de la escuela o parques donde realizas actividades.
▪
Respetar el espacio de tus vecinos.
Entre
los Deberes del Niño y el Adolescente también se encuentran:
▪ Valorar
y respetar a la familia, honrando y obedeciendo a los padres responsables.
▪ Actuar
apegados a los principios de la convivencia democrática y la solidaridad social
y humana.
▪ Cumplir las responsabilidades escolares,
familiares y comunitarias.
▪ Respetar el medio ambiente.
¿Qué
quiero para Venezuela?
Relacionando todo lo antes
señalado, un buen punto de partida para construir una comunidad basada en los
principios de respeto y solidaridad es el esfuerzo individual a pesar de las
consecuencias inmediatas, la perseverancia en el ejercicio del bien con la
esperanza de contagiar al propio entorno y potenciar esa fuerza renovadora que
tantas veces ha probado ser nuestro recurso más valioso.
Abogo por la reconciliación
nacional, por tender puentes entre ambas orillas políticas, abrir caminos de
diálogo entre políticos y también entre nosotros mismos, los ciudadanos. En mi
opinión, esto es fundamental para poder crecer como sociedad, crecer como país.
En lo que a mí respecta, podemos generar una opinión pública sólida, con masa
crítica que obligue a nuestros dirigentes enrumbarnos por el camino del diálogo
y la reconciliación.
En lo económico, deseo un
país que no sea dependiente de la renta petrolera. Deseo que esa renta
petrolera se enfoque en inversión en infraestructura, que se utilicen como
recursos para igualar oportunidades y no sean entregados como mera distribución
de la renta para que sea dirigida al gasto. Sueño con que se “siembre el petróleo”,
que se siembre en una educación básica y media de calidad, un país en el que
los profesores sean bien pagados; que se siembre para crear un sistema en el
que se recompense el mérito y el trabajo arduo. Deseo un país con la inflación
controlada, es decir, que lo que me pague el banco sea mayor a esa tasa de
inflación, deseo ahorrar e invertir en mi país. Deseo que cada trabajador
informal pueda obtener en empleo formal, con todos los beneficios que ello
implica. Quiero un país trabajador y productivo.
Deseo una Venezuela sin
pobres registrando los basureros para subsistir, sin niños en la calle, sin
drogas y sin delincuencia. Deseo que no haya escasez, que sea un país con
alimentos abundantes tal como lo era antes, un país donde la vida transcurra
normalmente, como la Venezuela de nuestros abuelos, pero dotada de modernidad. Quiero
una Venezuela con un Estado y una sociedad conscientes y responsables
ambientalmente, que conserve sus cuencas y ríos, sus bosques y playas, que esté
orgullosa de sus parques nacionales y su biodiversidad, en lugar de destruirla
cada día. Quiero una Venezuela de ciudades lindas, limpias y ordenadas, de
suficientes y amplias avenidas y calles, con transporte público de calidad,
donde la gente no pierda cada día 3 o 4 horas de su vida en colas de tránsito.
Por tanto, a mi parecer para
comenzar el cambio y poder tener la Venezuela que todos queremos, tenemos que
tener bien claro lo que es ser ciudadanos, es decir, tener desarrollado el
sentido de identidad y pertenencia por nuestro país, acatando y ejerciendo con
responsabilidad nuestros derechos y obligaciones, de igual manera, debemos
tener mayor tolerancia unos con los otros, a pesar de tener ideologías
distintas, todos buscamos el mismo fin, que es una mejor Venezuela.
Sí, tengo fe en que una
Venezuela distinta y mejor es posible. Nosotros, los venezolanos, sin importar sus preferencias políticas, la
forjaremos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario