Al momento de puntualizar lo que uno quiere
para Venezuela, nos damos cuenta que esos deseos constituyen lo mas básico de
una sociedad seria y organizada. Muchas veces desechamos la posibilidad de
que la culpa de ello recaiga sobre nuestros hombros, pero si lo observamos de
esa manera podemos ver que la tarea individual que cumple cada persona como
ciudadano es esencial. En vista de los problemas de
gobernabilidad que actualmente arrastra a Venezuela, el rol del
ciudadano común implica mucha más responsabilidad hoy en día, ya que relajarse
ante tal situación tiene consecuencias muy altas. Esta realidad que vivimos es
una de aquellas consecuencias a las cuales me refiero. Partiendo de aquí es que
podemos evidenciar la importancia del ciudadano en una nación como la nuestra,
por tanto, es indispensable la formación y construcción de la ciudadanía,
teniendo como finalidad el bienestar común, una economía floreciente y al menos
un sentido de seguridad. Con base a esto, se puede decir que la formación con
respecto a la ciudadanía se empieza a realizar, o al menos debe empezar a
realizarse, en una temprana edad, donde se tiene suficiente capacidad como para
comprender y aprender determinadas cosas que darán paso al desarrollo
progresivo de las personas, lo cual se va a reflejar, en definitiva, en la
sociedad. Por lo tanto, en este sentido, lo primero que yo quisiera para
Venezuela, es un reforzamiento de la educación en todo el país, buscando hacer
mayor impacto en los sectores que tienen menos recursos, para que a través
de eso se llegue a establecer un sistema igualador de oportunidades.
Por otra parte, sin lugar a duda, es
evidente que la política es un factor que no puede dejar de mencionarse, ya que
es un elemento determinante para el desarrollo de un país. Eso dicho, en
nuestro caso, la política no ha servido si no para el deterioro de Venezuela,
por lo mismo es visto como un hecho sumamente notorio. Pero sin embargo, es
necesario afrontar tal situación y conducir el proceso democrático desde la persuasión
y la búsqueda de consensos, para de esa manera llegar a mi segundo deseo para
Venezuela, que es: la consolidación de un sistema político serio y fuerte, con
partidos y dirigentes que actúen como un ejemplo para la sociedad.
En último lugar, retomando lo dicho,
podemos evidenciar que la participación del ciudadano en el rumbo del país se
ve muy limitada, hasta el punto que los dirigentes realmente no actúan con base
a lo solicitado y requerido por la mayoría de la población, sino con apego a
intereses egoístas y codiciosos. Es por ello, que además de un sistema político
bien constituido, deseo el establecimiento de nuevas formas de
participación que legitimen la conducción del Estado y sus directivas en el
ejercicio diario de la acción de gobierno, para que de esa manera exista una garantía,
productora de confianza, que a su vez va a generar cierta tranquilidad en la población
venezolana.
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